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Perdidas y Daños
Serie de Podcast “Después del daño”
Clarena Fonseca Uriana - Pérdidas y daños
Clarena Fonseca, mujer wayúu que durante la última década ha visto cómo parte de la playa donde vive ella y su comunidad ha sido consumida por el mar y ahora amenaza con llevársela por completo. Las voces de quienes habitan esa zona de la Guajira, al norte de Colombia, son testimonios de las pérdidas y daños que ha ocasionado la crisis climática allí.
¿Qué entendemos por pérdidas y daños?
La literatura sobre pérdidas y daños aún es muy limitada, y no existe única definición respecto a este concepto. Sin embargo, en los últimos años, las distintas cumbres de cambio climático junto con organismos internacionales han realizado algunas aproximaciones.
Un ejemplo es el artículo 8 del Acuerdo de París (2015), que menciona “hacer frente a las pérdidas y los daños relacionados con los efectos adversos del cambio climático”. En este caso, el concepto quedaba sujeto a la voluntariedad de las naciones, excluyendo la responsabilidad legal, reparación y compensación sobre daños y pérdidas.
En la COP27, la creación de un fondo de “pérdidas y daños” dirigido a las naciones con mayor vulnerabilidad a la crisis climática marcó un avance importante, al colocar este tema de forma permanente en la agenda. Pese a esto, no existe aún una metodología única ni un sistema de información que defina qué son los daños y pérdidas, ni cómo se pueden cuantificar.
Más adelante, la COP28, los países aceptaron el último texto propuesto por el Comité de Transición – que trabajaba en esto desde el fin de la COP27 – y pusieron en marcha el fondo. Las grandes potencias anunciaron aportes por 770 millones de dólares, con el fondo alojado durante cuatro años en el Banco Mundial y gestionado por una junta de 26 personas, compuesta mayoritariamente por delegados de los países en desarrollo. Sobre la financiación del fondo se definió que sería voluntaria, es decir, cualquier país, independientemente de su contribución en emisiones, puede aportar lo que pueda.
Actualmente, el concepto de “pérdidas y daños” se aborda desde un espacio multidimensional en el que convergen aspectos materiales e inmateriales. En ese sentido, puede referirse a las consecuencias negativas del cambio climático que suceden a pesar – o a falta – de la adaptación. En otras palabras, las pérdidas y los daños ocurren cuando se han superado los límites de la adaptación.
Límites de adaptación
Según el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), existen dos tipos de limites a la adaptación.
Límites suaves
Son aquellos en los que la adaptación es posible, en un contexto determinado. Por ejemplo, cuando el gobierno no tiene suficientes recursos no puede adaptarse y, al haber fallado esa adaptación o al haber encontrado ese límite, surgen pérdidas y daños de diferentes tipos.
Límites estrictos
Son situaciones en las que la adaptación ya no posible. Por ejemplo, hay lugares que son ya inhabitables (producto, por ejemplo, de la desertificación o el aumento del nivel del mar), entonces, la gente necesitará migrar porque la adaptación ya no es suficiente ni factible.
En general, hay dos eventos que provocan las pérdidas y daños:
Eventos extremos:
Inundaciones, deslizamientos de tierra, ciclones, olas de calor o mareas de tormenta.
Eventos de inicio lento:
Aumento del nivel del mar, acidificación de los océanos, deshielo de los glaciares, degradación de la tierra, pérdida de biodiversidad y desertificación.
Las pérdidas y daños están siendo analizadas en cada región y la evidencia científica aún está en construcción. Esto no significa necesariamente que el fenómeno no existe. Al contrario, es una situación particularmente presente en América Latina y el Caribe, especialmente en Centroamérica, una de las regiones de la que menos información se tiene.
El informe del IPCC destaca algunos cambios climáticos más evidentes; en el Caribe con el incremento del nivel del mar y de sequías, y precipitaciones escasas. En México y Centroamérica se identifica un incremento de aridez y sequías que son prolongadas y más seguidas.
En Sudamérica los extremos de calor superan los extremos de frío en los siete cuadrantes asignados a la zona, y los Andes se ven particularmente afectados por la disminución de la cobertura de nieve, glacial y permafrost (terreno congelado durante al menos dos años). lo que genera riesgos adicionales, como la liberación de carbono.
Para analizar estos impactos, el informe de Atlas del IPCC es una herramienta interactiva educativa que puede ser útil para comunicar los impactos del cambio climático.
Las pérdidas y daños se clasifican principalmente en dos grupos:
Económicos: Cuantificable
Se trata de aspectos que son comercializables en el mercado y fácilmente distinguibles, asociado a la pérdida de recursos, bienes y servicios. Por ejemplo: ingresos, medios de sustento, trabajo, pérdidas por falta de turismo, negocios, etc.
Las pérdidas también pueden ser de tipo material como viviendas e infraestructura. Datos del Banco Mundial calculan que hasta dos millones de personas pasan a la pobreza extrema en América Latina cada año debido a los desastres, incluidos los causados por el cambio climático.
No económicos: No cuantificable
Se refiere, en principio, a la pérdida de vida no monetizable ni cuantificable. Se asocia a pérdidas de tipo individual y social. Por ejemplo: la salud, el desplazamiento de las personas, las pérdidas culturales (como tradiciones) y territoriales.